18 septiembre 2005

Para mis colegas de todo el


Yo nunca, cuando niño pensé que la música se fijaría en mí para formar parte de su staff, porque aunque me gustó siempre la música, no tuve herencia musical. Ah, y ustedes se preguntaran, y como es eso... de que la música se fijaría en mí? Nosotros los que hacemos arte, especialmente los músicos, fuimos escogidos y tocados por la mano de Dios, para llenar este mundo de música y en ese "casting" celestial, al cual asistió muchísima gente, quedamos relativamente pocos y prueba de ello es el montón de gente que anda por las calles queriendo ser cantantes y no cantan bien, los que le gustaría tocar un instrumento musical y las cuesta mucho y ni ritmo tienen y por más que lo intenten, muchos no logran siquiera su sueño de tocar, por ejemplo con su guitarra su canción preferida.

No todo el mundo puede ser músico por más que quiera, Mozart llegó a ser un niño prodigio de la música, no precisamente porque tenía un padre que vio en él, el diletantismo que tenía su niño, sino porque fue tocado por la mano de Dios para llegar a ser, no tan solo un niño prodigio de la música, sino también un supremo maestro del clasicismo, cuya fama se extiende hasta nuestros días. En defensa de la música, yo me atrevo a decir, no por la precaria afinidad que siento por las matemáticas, que la música le lleva una ventaja enorme en dificultad a las matemáticas en todos los sentidos y para muestra, un fácil ejemplo: en la matemática 2+2 siempre será igual a 4, haga la adición un niño de primer grado o el mejor matemático del mundo, el resultado siempre será un "sin alma y frio" cuatro (4). En la música no pasa lo mismo, porque aunque la matemática también esta en la música, no ejecutarían igual un pasaje musical, por mas sencillo o difícil que sea, dos personas. ¿Porque? Porque en la música uno refleja su personalidad. Cuando uno escucha una sinfonía, se puede identificar, se puede saber de quien es sin haberla escuchado antes, es más, se puede saber quien la dirige y todo esto porque cuando se hace o se toca la música, uno como músico o interprete le pone alma a la música y la gente se emociona, llora, se le eriza la piel. Que difícil es emocionarse al ver un ejercicio de matemáticas. Ojo, no tengo nada contra la matemática y le doy gracias por haberme servido para mi ejemplo.

Y para los aludidos y los que no, les pido escuchen esta versión de una de las mas bellas canciones Venezolana, un canción de José Pollo Sifontes titulada Anhelante, cantada en esta oportunidad por Ivan Hernández y Susana Couto, versión Bossan de Renán Delgado

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